Constelación Familiar Sistémica y la pérdida gestacional

Sanación y pertenencia en la Constelación Familiar Sistémica.

Constelación Familiar Sistémica y la pérdida gestacional

La Constelación Familiar Sistémica, en su filosofía, entiende que todas las vidas importan y tienen el derecho de pertenecer.

Es importante destacar que aquí no entraremos en cuestiones religiosas o morales, simplemente profundizaremos en el tema desde esta filosofía.

Si el término Constelación Familiar Sistémica es nuevo para ti, puedes conocer el significado y sus aplicaciones a través del siguiente enlace

La pérdida gestacional siempre es un tema extremadamente delicado; una madre que pierde a un hijo también pierde un pedacito de su alma, esta afirmación fue hecha por Bert Hellinger en uno de sus diversos libros sobre el tema.

En mis años de consultas, puedo afirmar que este tema es uno de los más impactantes en la vida de una familia. Sí, de la familia en su conjunto, no solo de la mujer. Muchas veces, esta pérdida gestacional ni siquiera es conocida; es decir, la mujer queda embarazada, pero luego ocurre un aborto espontáneo que se asemeja a una menstruación y en su conciencia ella ni siquiera tiene conocimiento de lo ocurrido.

Aunque no haya conocimiento consciente sobre lo ocurrido, es decir, que su conciencia no tenga acceso a ello, el inconsciente, su memoria intrínseca y su sistema familiar, sí lo tienen.

La energía de un sistema familiar se forma por experiencias, emociones y la esencia de todos los integrantes de ese sistema. Es un conjunto de “líneas” que interconecta todo y genera emociones incluso en quienes no han pasado por esa experiencia.

Ante la existencia de la Ley del Pertenecimiento, una ley sistémica que establece que todos tienen el derecho de pertenecer, cuando hay un aborto, ya sea espontáneo o provocado, y ese niño no es incluido en el corazón de los padres, comienzan a aparecer síntomas.

Primero, definamos la expresión “incluido en el corazón de los padres”. Esto significa, sobre todo, reconocer.

En la Constelación, observamos que todos los integrantes de la familia tienen un gran deseo de ser vistos, es decir, reconocidos. No necesitan grandes gestos, sino un espacio en el corazón de quienes los aman.

Una manera simple de incluir a un niño que ni siquiera conociste es materializar de alguna manera esa relación.

Todo lo que logramos materializar se vuelve más fácil de entender para la conciencia y deja de ser algo que simplemente nos guía a través del inconsciente y, consecuentemente, genera síntomas de lo más variados.

¿Cómo materializar esta pérdida?

Existen diversas formas; no hay un manual, lo importante es que te identifiques y sientas resonancia con esa forma de materialización. Tu corazón esencialmente necesita ser tocado.

Algunos ejemplos:

  • Ponerle un nombre al bebé. – “Pero no sé el sexo”. No importa, sigue lo que tu corazón dicte.
  • Usar un dije en el collar; tengo una paciente que compró un dije de estrella, una vez más, lo importante es seguir tu corazón.
  • Comprar una plantita y regarla todos los días. Este consejo, además de traer esa materialización, ayuda cuando tenemos dificultades para lidiar con el duelo de ese niño. La plantita eventualmente morirá, y este proceso de cuidarla y pasar por la muerte ayuda con la aceptación de la pérdida gestacional.

¿Cómo saber si perdí un bebé en estos casos en que parece una simple menstruación?

Dado que este acontecimiento queda marcado en el campo morfogenético del sistema familiar, a través de una sesión individual de Constelación Familiar Sistémica, es posible observar si realmente ocurrió una pérdida gestacional.

¿Qué síntomas pueden afectarme a mí y a mi familia?

Los síntomas se manifiestan de forma individual, cada caso es único, pero, basándome en mis años de consultas, aquí enumero los más comunes:

  • La madre siente un vacío muy grande, una tristeza excesiva y no puede entender de dónde viene.
  • La madre se vuelve indisponible para los demás hijos y para el marido, ya que no puede hacer nada más que sentir esa pérdida.
  • Los hermanos que nacieron después de esa pérdida pueden comer de forma descontrolada, ya que comen por sí mismos y por su hermano fallecido.
  • Los hermanos tienen mucha tristeza y carecen de ganas de vivir. Esto sucede porque inconscientemente piensan “mi hermano no tuvo el privilegio de la vida, ¿por qué debería tenerlo yo?”
  • Los hermanos pueden sentir enojo dirigido a la madre, ya que inconscientemente culpan a la madre por la pérdida.

Si te has sentido identificado con este tema y experimentas alguno de estos síntomas, busca ayuda a través de una sesión individual de Constelación Familiar Sistémica.

Autor: Mariana Casarin Guterres

Mariana Casarin