Israel es la cuna del pueblo judío, y observando el país, podemos entender por qué tienen una mentalidad tan resiliente y hábitos financieros saludables.
A pesar de su territorio pequeño y mayoritariamente desértico, es conocido mundialmente por su tecnología avanzada y calidad de vida.
Considerado un país del “primer mundo”, con excelentes indicadores sociales y una economía ejemplar, hay mucho que aprender de ellos.

Desde las historias bíblicas, el pueblo ha atravesado varios periodos de dispersión y exilio, pero los hábitos financieros saludables los han acompañado de generación en generación. Estos conocimientos no están restringidos a la comunidad judía; al observarlos y practicarlos, cualquier persona puede sobresalir financieramente y mejorar su bienestar económico.

Aunque estos principios tienen sus raíces en valores culturales y religiosos, son universales y pueden aplicarse en el día a día, sin importar la religión o el origen.
Este contenido es una invitación para que descubras seis hábitos financieros tradicionales que podemos practicar para tener una relación más saludable con el dinero.

1. La educación, primero que todo

Uno de los pilares fundamentales para todo judío es la educación y el amor por el aprendizaje.
Como resultado, la población no presenta tasas de analfabetismo.
Dentro de este contexto, se incluye la educación financiera desde una edad muy temprana. Los padres les enseñan a sus hijos a ser independientes y les inculcan la importancia de aprender sobre finanzas, negocios e inversiones.

Cualquier persona puede aprender más sobre este tema, ya sea leyendo libros, participando en seminarios o viendo videos educativos.
Al fin y al cabo, la clave está en mantenerse informado sobre las mejores prácticas financieras.

Capturar la mayor cantidad de conocimiento previene errores comunes y nos ayuda a gestionar el dinero con responsabilidad, identificando oportunidades.
Esta es una característica notable de este pueblo, que al sufrir persecuciones en varios momentos históricos, aprendió que todo puede ser arrebatado, menos el aprendizaje.

2. Ahorrar antes de gastar

Para los judíos, la prosperidad significa disfrutar de lo mejor de la vida, pero sin sacrificarlo todo.
En resumen, el consejo es “vivir por debajo de tus posibilidades”, es decir, no gastar todo tu presupuesto y, en cambio, ahorrar una parte de tus ingresos.

Siempre considera si realmente necesitas hacer otra compra, si el límite de tu tarjeta de crédito está acorde con tu capacidad de pago, y nunca comprometas toda tu renta.
En otras palabras, este es el comienzo de la construcción de un fondo de emergencia, pero también puede convertirse en el recurso para aprovechar oportunidades de inversión cuando surjan.

No necesitas esperar a que te sobre dinero para ahorrar; en lugar de eso, ten una actitud proactiva para alcanzar la estabilidad financiera.
Al separar automáticamente una parte de tus ingresos para el ahorro, reduces la tentación de gastar en cosas innecesarias y aseguras protección para el futuro.

El secreto está en la disciplina: incluso si los ahorros iniciales son pequeños, con el tiempo, se convertirá en uno de los hábitos financieros saludables más naturales en tu vida.

3. Diversificación de inversiones

Seguramente has escuchado la frase “nunca pongas todos los huevos en una sola canasta”.
En otras palabras, este es un consejo para disminuir los riesgos financieros. Históricamente, muchos judíos han buscado invertir en diferentes áreas, como bienes raíces, mercados financieros y negocios.

Esta es una estrategia inteligente, ya que reduce las probabilidades de grandes pérdidas si un sector específico enfrenta dificultades.
Adoptar este hábito financiero es esencial para proteger tu capital y garantizar que tus inversiones generen ingresos en diversas circunstancias económicas.
Además, la diversificación te permite equilibrar riesgos y maximizar tus oportunidades de obtener rendimientos a largo plazo.

4. Ayuda comunitaria (Tzedaká): uno de los hábitos financieros saludables más priorizados

La Torah enseña que donar fortalece a la comunidad y fomenta individuos generosos y responsables. La práctica del tzedaká consiste en compartir recursos, por pequeños que sean, para crear una sociedad más justa.

Además, este concepto sostiene que la riqueza no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para transformar vidas. Al ayudar a los demás, también creamos relaciones que pueden ser invaluables en momentos de necesidad.

5. La regla de las tres partes

El quinto hábito es una combinación de los principios de ahorrar antes de gastar, diversificar y ayudar.
Todo lo que necesitas hacer es dividir tus ingresos en tres partes: un tercio para vivir, un tercio para ahorrar o invertir, y un tercio para “hacer el bien”.

Para los judíos, acumular riqueza es una muestra de abundancia, al igual que tener la oportunidad de ayudar a los demás.
Y claro, también necesitas tener lo suficiente para cubrir los gastos esenciales de tu vida.

Vivir de manera cómoda y, al mismo tiempo, cuidar tus recursos con equilibrio es una señal de bendición, una recompensa por el esfuerzo.

6. Planificación a largo plazo: Uno de los hábitos financieros secretos de las personas cuidadosas

Pensar más allá del presente significa que los placeres pasajeros no nos consumen.
Piensa que cada compra impulsiva que dejas de hacer y no gastar todo (o más de lo que tienes), es lo mismo que cuidar de ti y de las generaciones futuras.

Pensar a largo plazo nos prepara para afrontar el futuro con confianza y seguridad. En definitiva, las emergencias no nos causarán desesperación, disfrutamos de una jubilación tranquila e incluso logramos crear un fondo de ahorro para la educación de nuestros hijos.

¿Quieres empezar hoy? Crea un plan financiero que contemple metas a corto, mediano y largo plazo, revisándolo regularmente para asegurarte de que vas por el buen camino.

Para los judíos, vivir en equilibrio no significa privarse, sino ser estratégico con los gastos y garantizar que cada decisión esté alineada con tus objetivos.

Por último, esto no solo es útil para el futuro, sino que también te dará un sentido de propósito en el presente, y tener una misión es saludable para el espíritu.

Proverbios judíos que debes recordar al pensar sobre el dinero:

“Un tonto y su dinero pronto se separan”.
“Un centavo ahorrado es un centavo ganado”.
“No cuentes tus pollos antes de que nazcan”.
“Es bueno tener dinero, pero es mejor dominarlo”.
“El dinero ganado deshonestamente se reducirá, pero quien lo acumula poco a poco tendrá cada vez más”.

Conclusión: Adopta hábitos financieros saludables

Tu relación con el dinero se transformará radicalmente después de implementar estas prácticas en todas tus decisiones.
La eficacia de estos principios se ha demostrado con el tiempo; al fin y al cabo, la comunidad judía los ha seguido durante siglos, y podemos ver con nuestros propios ojos cómo siguen siendo prósperos y estables.

No te preocupes, no tienes que hacer todo de una vez. Comienza con pequeños ajustes, adoptando un hábito a la vez.

Para que te quede grabado en la memoria, recuerda este sabio proverbio judío: “Puedes obtener los mejores resultados y perforar hasta el granito más duro, con paciencia”.

Al comprometerte a mejorar tu educación financiera, diversificar tus inversiones y mantener una disciplina constante, estarás construyendo una base sólida para volverte más resiliente y aprovechar oportunidades inesperadas.

El éxito financiero no está en fórmulas mágicas, sino en la constancia, responsabilidad y disciplina con prácticas financieras saludables. Entonces, ¿por qué no empezar hoy?