Después de todo, ¿qué debe ser prioridad? ¿Ahorrar o pagar deudas y liberarte de esa bomba de una vez por todas?
Sobre todo, quien se hace esa pregunta va por buen camino, porque antes de guardar dinero o limpiar el historial financiero, es necesario informarse para tomar buenas decisiones.
Una persona desorganizada no logra tener control sobre sus ingresos y egresos, además de quedar a merced del destino si surge un imprevisto. Por eso, te mostramos lo que más recomendamos desde nuestra experiencia y te enseñamos una forma sencilla de salir del rojo.
¿Ahorrar o pagar deudas?: El orden correcto para protegerte
La verdad es que no existe una receta única, pero sí una lógica que depende de tus necesidades particulares. Tener saldo negativo da mucha ansiedad, pero no contar con un fondo de emergencia genera un ciclo interminable de deudas si algo sucede de repente.
¿Cuál es la primera cosa que hace una persona que usa el auto para trabajar cuando se le poncha una llanta, por ejemplo? Saca una tarjeta de crédito prestada o pide un préstamo exprés (si es que se lo aprueban), y así se carga con otro compromiso que no sabe si va a poder pagar.
Además, una persona que vive sola o quien tiene hijos pequeños enfrentan distintos retos, ¡pero todos podrían necesitar dinero de emergencia en cualquier momento!
En ese sentido, lo primero para proteger tus finanzas es contar al menos con un pequeño fondo para cubrir gastos urgentes.
Ojo: no se trata de ahorrar a largo plazo y olvidarse de las cuentas, porque no puedes ignorar los intereses que siguen acumulándose. Pero sí se trata de evitar endeudarte más. Así que, por ahora, no es momento de invertir o planear la jubilación. Es recomendable tener, como mínimo, 3 meses de gastos fijos reservados.
Por otro lado, una persona que tiene respaldo familiar, como los jóvenes que aún viven con sus padres, pueden saltarse esta etapa e ir directo a consolidar sus deudas.
Paso siguiente: Saber cuánto debes y clasificar las deudas
El segundo paso más importante es hacer un listado completo de todo lo que debes. No evites hablar con las personas o instituciones a las que les debes. ¡Esa conversación ya demuestra tu intención de pagar!
Y algo muy importante: si haces negociaciones con tus acreedores, incluye el costo total de la deuda con intereses. ¿Todo anotado? Ahora vamos a clasificar las deudas en 3 tipos, según la urgencia para pagarlas:
Deudas que debes pagar primero
¿Tienes algún préstamo, financiamiento u otra deuda en la que diste algún bien como garantía? Esas son las más críticas. Debes regularizar esa situación antes que cualquier otra.
Deudas hipotecarias con más de 3 mensualidades vencidas o créditos automotrices con más de 4 meses de atraso suelen ser las más graves.
Endeudamiento que empeora con el tiempo: la siguiente prioridad
El siguiente nivel de deudas a liquidar son las que acumulan multas e intereses cada día, como las tarjetas de crédito vencidas, préstamos con instituciones financieras, etc.
Primero, identifica la tasa de interés de cada una para definir el orden de negociación. Además, podrías descubrir que un préstamo con una tasa más baja puede ayudarte a pagar otra deuda o hacer una portabilidad de crédito con intereses menores.
Finalmente, liquida las deudas simples
No es que debamos ignorarlas, pero hay cuentas más fáciles de resolver. Ejemplos:
- Recibo de CFE vencido, que puede pagarse en OXXO o dividirse en cuotas sin afectar el buró.
- Compras a meses sin intereses en tiendas departamentales, que pueden pagarse sin cargos extras o con tasas mínimas.
- Multas de tránsito no pagadas afectan tu historial con el gobierno local, pero suelen poder liquidarse fácilmente desde la app CDMX o el sitio de multas.
Ahorrar o pagar deudas: ¿Cómo evitar volver al mismo problema?
Durante un tiempo tendrás que dejar de lado cosas no esenciales, como cancelar suscripciones, buscar opciones de ocio más económicas en lugar de ir a tu restaurante favorito… En fin, ahorrar para poder salir del hoyo.
De nada sirve esforzarte y trabajar más para pagar deudas si sigues endeudándote mientras tanto. Pero no se trata de dejar de vivir ni de perder tu calidad de vida con tu familia y amigos. Es cuestión de educarte financieramente hasta ponerte al corriente.
Pronto sentirás la satisfacción de ver desaparecer las deudas y lo que sobre será para disfrutar y avanzar hacia el siguiente nivel de libertad financiera.
Pensando en el futuro: Inversión y planeación a largo plazo
Es más importante resolver tus deudas que invertir, porque normalmente la pérdida por intereses es mayor que la ganancia de la mayoría de las inversiones. Por lo tanto, solo después de cerrar ese capítulo difícil, estarás listo para enfocarte en hacer crecer tu dinero y crear nuevos objetivos.
Además, puedes aprovechar ese tiempo para aprender sobre inversiones y descubrir tu perfil de inversionista para tomar decisiones más acertadas.
Finalmente, llegará el momento de ahorrar dinero para el retiro, que puede estar ligado a una inversión o ser un fondo independiente.
Es mucho por aprender, ¿cierto? Pero ya diste el primer paso para cuidar tus finanzas. Ahora solo queda poner en práctica lo aprendido, honrar tus compromisos y construir un futuro más tranquilo.
Permanecerás en el mismo sítio web.