Dominar lo básico de las finanzas es casi una cuestión de supervivencia, ya que educarse en este tema es una forma de proteger tu dinero y, por lo tanto, tu bienestar, tanto ahora como en el futuro.

Grandes expertos en esta área alcanzaron su alto nivel de conocimiento porque empezaron por lo más sencillo, así que no pienses que esta es una habilidad exclusiva de especialistas.

Ya sea para evitar deudas o planear una gran meta, estos conceptos pueden cambiar tu relación con el dinero de manera práctica y directa.

Aprende de forma didáctica las definiciones más comunes cuando se trata de la vida financiera.

1. Presupuesto

El presupuesto es lo más básico para quienes se preocupan por administrar sus recursos. En términos sencillos, es un plan que haces para gastar tu dinero de forma sostenible.
En otras palabras, es como una guía para no perderte.

No importa si prefieres el método antiguo de anotar todo en un cuaderno o usar una hoja de cálculo elaborada, el control siempre será útil para mantener todo en orden.

2. Intereses

Podemos considerar los intereses como el “alquiler” del dinero. Cada vez que contratas un producto financiero como un préstamo, por ejemplo, el prestamista recibe una compensación por cederte el capital.

Pero no siempre es malo, en las inversiones, los intereses trabajan a nuestro favor, multiplicando el dinero con el tiempo.

Al comprender cómo está presente el interés en la vida cotidiana, nunca dejará de considerar y comparar tasas antes de tomar una decisión.

3. Inflación

Este es el nombre que recibe el aumento generalizado de precios a lo largo del tiempo.

Este fenómeno puede ser causado por el desequilibrio entre oferta y demanda, la emisión de dinero, entre otros. Pero los síntomas son casi siempre los mismos, y los sentimos en el costo del supermercado, gasolina e incluso el alquiler.

Entender cómo la inflación afecta tu poder adquisitivo te ayudará a administrar tus hábitos de consumo y ahorro para no perder valor con el tiempo.

4. Inversión

En lugar de dejar el dinero parado en tu cuenta, puedes ponerlo a trabajar a través de activos que lo hagan rendir.

Para convertirte en un inversor experimentado, debes profundizar más, descubriendo si tu perfil es conservador, moderado o arriesgado, y explorar los diferentes tipos de inversiones que existen.

En resumen, el concepto general es que, a largo plazo, el rendimiento puede ser mayor que los ahorros obtenidos al recortar pequeños gastos.

5. Costo-beneficio

¿Has escuchado que lo barato a veces sale caro? ¿Sabes cuando compras un producto de baja calidad y pronto tienes que reemplazarlo?

Eso significa que el costo-beneficio no valió la pena.

Tenga presente esta idea en todo lo que haga, desde comprar ropa y zapatos nuevos hasta comprar una casa.

6. Liquidez

La liquidez es la facilidad con la que podemos convertir un activo en dinero sin perder su valor.

Un ejemplo práctico: el dinero en la cuenta tiene alta liquidez, mientras que una propiedad tiene baja liquidez, ya que no puedes saber cuándo se venderá, lo que puede llevar meses.

7. Ingresos vs. Gastos

Los ingresos son todo lo que recibes regularmente, como salarios, rendimientos de inversiones, y si tienes propiedades, las rentas también cuentan.

Los gastos son todas las salidas, incluidos los gastos fijos o no.
Tener claridad sobre estos dos conceptos te ayudará a dar los primeros pasos en la organización financiera.

8. Patrimonio neto

La diferencia entre lo que posees (activos) y lo que debes (pasivos) es lo que llamamos patrimonio neto.
Podemos aumentarlo a través de inversiones o reducción de deudas; este es el principal objetivo para alcanzar y mantener la salud financiera.

9. Ingresos pasivos

Todo el dinero que recibimos sin trabajar activamente por él, como rentas, dividendos de acciones, derechos de autor, entre otros, es lo que llamamos ingresos pasivos.

10. Tasa de rendimiento

El nivel de retorno obtenido a través de inversiones o ahorros guardados en una cuenta, por ejemplo.

Medir el rendimiento es fundamental para prever la eficacia de decisiones financieras y aplicar tu dinero de la mejor manera.

Poniéndolo en práctica

Ahora que conoces los conceptos financieros esenciales, es momento de aplicarlos en tu día a día.

Haz tu presupuesto, investiga los intereses antes de contratar algo, comienza a invertir, aunque sea poco al principio, y, por supuesto, mantén un ojo en la inflación.

Pequeños pasos pueden hacer una gran diferencia a largo plazo. Estudiar más profundamente estos conceptos te ayudará a tener más autonomía y alcanzar la estabilidad con segurid